Sociedad del Conocimiento de la UNESCO
La repercusión de la evolución tecnológica en
la sociedad no es única y esta evolución tampoco impone un solo tipo de
desarrollo. Puede haber aspectos comunes, similitudes y tendencias generales,
pero también es forzoso que haya diversidad y divergencia. El concepto de
‘sociedades del conocimiento’ tiene en cuenta que la actividad humana es
creativa y genera pluralidad y diferencias en sus diferentes expresiones.
La UNESCO estima que las sociedades del
conocimiento sólo se pueden crear sobre la base de cuatro principios
fundamentales: la libertad de expresión, tal como se define en el Artículo 19
de la Declaración Universal de Derechos Humanos; el reconocimiento de la
diversidad cultural; la igualdad de oportunidades para acceder a la educación;
y el acceso de todos a la información.
Para la UNESCO el concepto pluralista de
sociedades del conocimiento va más allá de la sociedad de la información ya que
apunta a transformaciones sociales, culturales y económicas en apoyo al
desarrollo sustentable. Los pilares de las sociedades del conocimiento son el
acceso a la información para todos, la libertad de expresión y la diversidad
lingüística.
Una sociedad del conocimiento ha de poder
integrar a cada uno de sus miembros y promover nuevas formas de solidaridad con
las generaciones presentes y venideras. No deberían existir marginados en las
sociedades del conocimiento, ya que éste es un bien público que ha de estar a
disposición de todos. Toda sociedad posee la riqueza de un vasto potencial
cognitivo que conviene valorizar.
Los avances en educación, la innovaciones
tecnológicas, la organización social, los flujos comerciales y adopción de las
tecnologías de la información, características de nuestra sociedad demandan
personas mejor educadas, entrenadas para insertarse en los proceso de
producción e investigación. La dinámica
social, cultural y económica en que convivimos configura lo que llamamos
“sociedad del conocimiento”.
La importancia de mejorar los sistemas y métodos
de enseñanza, así como de una utilización adecuada en la educación de las nuevas
tecnologías de la informática, la información y la comunicación (incluidos los medios
audiovisuales), para fomentar la “alfabetización digital” y acrecentar el dominio
de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, que deben
considerarse al mismo tiempo disciplinas de enseñanza e instrumentos
pedagógicos capaces de reforzar la eficacia de los servicios educativos.
García
M. María Y.
C.I.
16.072.315
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